Teniendo Una Relación Con Dios “En Cristo”

Por: R.T. Nusbaum

Dios no sólo trató con nuestro pecado sino trató con nosotros. El problema es un hombre (Adán) y la respuesta es un hombre (Cristo). Dios trata con usted en uno ó en el otro. No hay otra tierra de trato en el Plan Eterno. En Adán todos estamos muertos y no podemos ser resucitados, ni seremos resucitados. El único lugar donde podemos ser resucitados es Aen Cristo. Pero si somos resucitados Aen Él, entonces necesitamos ser resucitados como Él. Nos gozamos y gritamos que tenemos hermanos de muchas naciones que aman a Dios, pero en Cristo no es así. En Abraham habría muchas naciones; pero en Cristo, sólo hay Uno: ACristo en todo.

Vivimos todavía como si estuvieramos en Adán, y la vida en Adán no puede entender el pecado ó vivir sin pecado. La pregunta en realidad es: )Cuáles son los principios de tu vida? )Cuál hombre te gobierna? Hay mucha gente que va a la iglesia los domingos. Dios no quiere darte una hora cada día ó sólo un día cada semana. Dios quiere que Su Hijo sea la motivación de tu existencia. No sólo recibimos Ael Dios de los domingos pero recibimos Auna vida.

La realidad de nuestro estar en Cristo está declarandonos una relación que es nuestra con Cristo. Antes de la fundación del mundo, Él planeó una relación con el hombre basada en ser encontrado Aen Él (Fil.3:9). Dios escogió una relación con usted en Cristo. . Cualquier otra relación es pasajera. Muchas personas están viviendo su relación con Dios basados en circunstancias temporales y en la vida en este mundo, y no basados en lo que Dios planeó. Lo cual es como olvidar Su plan y empezar a establecer una relación con Dios por medio de otras maneras y no la manera que Dios eligió. Hacer esto es como ignorar la muerte y la resurreción de Jesús y lo que Él ha establecido.

No ignoramos que Jesús envió al Espíritu Santo después de Su resurrección y ahora el Espíritu obra en nuestras vidas. Pero el primer propósito al enviar el Espíritu Santo, es para declarar la nueva relación con Dios que ahora tenemos Aen Cristo. Antes de la resurrección, Jesús no había sido glorificado, pero cuando resucitó de la muerte y nosotros en Él (Ef.2:6), entonces vino el Espíritu Santo.

)Porqué esperó el Espíritu Santo hasta ese momento? Porque Él no podía ser enviado como un mensajero hasta que tuviera Abuenas nuevas. Las buenas nuevas del evangelio no son solamente que somos salvos y no vamos al infierno por la eternidad. La realidad de las buenas nuevas, es que ahora tenemos una relación con Dios, basada en estar Aen Cristo.

Las Escrituras en el Nuevo Testamento están llenas de esta realidad (la realidad que muchos cristianos modernos ignoran). Esta realidad no cambia la posición de Dios sobre este tema. Él nos ha hecho aceptos, pero solo Aen Cristo (Ef.1:-6). El nos ha hecho completos, pero sólo Aen Cristo. Podemos acercarnos a Dios confiadamente, pero sólo por Un Camino Nuevo y Vivo.

Continuar tratando de relacionarnos con Dios, basando nuestra aceptación en como vivimos nuestras vidas diariamente es vivir basados en el Antiguo Pacto que ya está anulado. Hemos entrado a una nueva relación con Dios por Cristo. Ésta es una nueva relación. Las cosas viejas han pasado. Todas las cosas han sido hechas nuevas: ADe modo que si alguno está en Cristo, nueva creatura es Y(2 Cor. 5:17). Ahora, no somos de la vieja creación, pero de Ala nueva creación en Cristo. Esto implica una nueva manera de relacionar a Dios.

Hasta que hayamos comprendido esta realidad, vamos a continuar buscando aceptación de Dios basados en nuestro valor, y no en Su Hijo. Pero para no continuar robando a Dios la satisfacción que ha encontrado en Su Hijo, Él ha hecho una relación nueva en Cristo, la que Él quiere tener con nosotros como hijos de Dios.

La primer función del Espíritu Santo no es para ayudarnos en nuestra existencia aquí en la tierra, pero para revelar un nuevo entendimiento sobre lo que tenemos Aen Cristo. Es posible amar a Dios, siendo salvos, y también siendo llenos del Espíritu Santo, y no relacionar a Dios en la manera que Él desea y ha establecido. Permita que el Espíritu de Dios abra realmente sus ojos para entender lo que significa “estar en Cristo”. ***

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